DISCURSO DEL SEÑOR RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA EN LA CEREMONIA DE GRADUACIÓN

PROMOCIÓN 2010-1 ORLANDO OLCESE PACHAS

Señores Vicerrectores
Señor Director de la Escuela de postgrado
Señores Decanos
Señores profesores
Señores padres y familiares,
Queridos Graduandos
Amigos todos:

Hoy se otorgan a 217 egresados de las distintas carreras profesionales y de las especialidades de postgrado, Promoción 2010-I sus respectivos grados académicos en nuestro tradicional e innovador campus académico de La Molina, en cuyo seno la ciencia y la tecnología silvoagropecuaria siempre han tenido un lugar preferencial, representa nuestro aporte profesional al Perú.

En esta graduación, los estudiantes se honran en distinguir como padrino al Dr. Orlando Olcese Pachas, el más ilustre de nuestros rectores, con académica vocación y amor de servicio a la patria, de mente abierta, hombre culto, poseedor de una fina conciencia moral, fuente de inspiración y consulta. El aprecio hacia la persona y la obra del Dr. Olcese en este claustro no se ha mitigado con el paso del tiempo. Presencia cercana, que junto con la amabilidad y la inteligencia, cualidades fáciles de apreciar, tuvo siempre cerca otras virtudes más duras y fértiles como la disciplina y la audacia. Orlando, consciente del valor sagrado de la educación superior, una herramienta estratégica indispensable para modelar, dirigir y promover el crecimiento económico de las naciones, fue pilar en el esencial giro modernizador de la Universidad Agraria hace 50 años, centrándola fundamentalmente en el aprendizaje activo del estudiante, sacando de cada uno lo que lleva dentro, con buenos profesores e importantes contenidos, para ser una universidad excelente. Tuvo (y tiene) una visión global de la Universidad, de nuestro tiempo y su entorno, interesada y comprometida con el progreso de la sociedad y su avance tecnológico, ya que definitivamente no hay desarrollo sin una educación o capital humano de alta calidad. 

Señores Graduandos:

El día, quizá largamente esperado, de vuestra graduación ha llegado. Aquí estamos acompañados de familiares, amigos y profesores, para celebrarlo y compartir vuestra alegría. Ante todo quiero felicitarlos por haber alcanzado la meta, que se habían propuesto, de obtener un grado y luego un título universitario. Para conseguirlo habéis necesitado activar capacidades, invertir esfuerzos, acariciar ilusiones y, sobre todo, ser constantes y responsables. Quiero darles las gracias a ustedes y a vuestros padres por la confianza que depositaron en nosotros cuando los enviaron a estudiar aquí y por haber contribuido a nuestro prestigio y a la excelencia que queremos alcanzar. Pues la Universidad no son sólo sus profesores o sus laboratorios y bibliotecas, sino principalmente sus estudiantes.

Durante los años que han pasado en la Universidad no sólo han alcanzado las competencias académicas y profesionales que refleja el grado académico que le otorgamos. Sin duda que este tiempo ha hecho posible también su crecimiento y maduración personal. Junto al estudio, las prácticas en empresas e instituciones, la relación con profesores y compañeros, el hecho de haber tenido que responder a nuevas exigencias y desafíos los han hecho crecer en responsabilidad y madurar como personas. Así, pues, hoy nos alegramos al tiempo que nos sentimos orgullosos de nuestra misión universitaria, que tiene como objetivo, ante todo, formar personas, capaces de comprometerse con la sociedad y de servirla para lograr un mundo más humano.

Acabamos de entregarles el grado académico donde va grabado nuestro escudo, que es el símbolo de nuestra identidad y de nuestra historia, más que centenaria y hoy empieza una nueva relación que los une con la Universidad, esta relación ha de caracterizarse porque allá donde desarrollen su vida profesional los hagan notar por la fidelidad a los valores que han cultivado en la Universidad: responsabilidad, espíritu crítico, capacidad de trabajo en equipo, honestidad, amor a la verdad y compromiso por la justicia. Al dejar atrás los años de su formación universitaria, se abre para ustedes la puerta del desarrollo profesional. En breve tiempo los encontraremos trabajando. Será el momento en que comenzarán a aportar a la sociedad algo de ustedes, como hasta ahora han venido recibiendo de ella y especialmente de sus padres.

Quiero felicitaros por haber llegado al final y darles las gracias por vuestra generosa, ilusionada y comprometida, participación. Digno broche de fiesta, que es un motivo de satisfacción y alegría para ustedes, sus profesores, la familia unida y los amigos. Reciban señores graduados, a nombre de vuestra alma mater, muchas congratulaciones por el exigente desafío asumido y el alivio de la meta cumplida. Sois y seguiréis siendo parte de esta comunidad querida y entrañable. Ojalá, nunca olvidéis que la Universidad Nacional Agraria La Molina es y será vuestra casa, un lugar al que siempre podréis regresar con cierta nostalgia y, donde se les recibirá con respeto y cariño.

Muchas gracias.

La Molina, viernes 3 de diciembre del 2010.

Jesús Abel Mejía Marcacuzco
Rector