Las instancias internacionales y su posición

Ya en 1991, por medio de una carta dirigida al ministro del Interior, la JIFE comunicó su preocupación porque "ENACO y otras entidades públicas y privadas del Perú están tratando de promover la apertura del mercado nacional e internacional para la comercialización de productos derivados de la hoja de coca".

Ante la campaña de revalorización llevada adelante por Bolivia y Perú, la JIFE agregó en el Informe correspondiente a 1992: "La liberalización de las medidas de fiscalización para que las hojas de coca y los productos de hoja de coca se puedan comercializar internacionalmente para otros fines (que los médicos y científicos) exigiría un cambio radical en la actitud de la comunidad internacional así como la modificación de la Convención de 1961". Advertía, de otro lado, que el párrafo 2 del art.14 de la Convención de Viena(1988) respecto a los "usos tradicionales lícitos" no derogaba las disposiciones erradicacionistas de la Convención de 1961.

Luego de la visita, en el curso de 1993, del Secretario General de la Junta, señor Shaepe y otros dos mienbros de la misma, ante quienes se expusieron las razones de la revalorización planteada, mediante una comunicación dirigida a nuestro representante permanente(Viena,14-12-93) el señor Shaepe planteó un lógico dilema: "notificar al Secretario General de las Naciones Unidas,iniciando el proceso establecido por la Convención Unica de Estupefacientes" o "proceder a a tomar las medidas necesarias para reducir gradualmente el hábito de la masticación de las hojas de coca y el consumo del mate de coca". En el Informe correspondiente agregó la Junta: "Los Gobiernos de Bolivia y el Perú deberían examinar la posibilidad de modificar su legislación nacional y prohibir esos usos(coqueo y mate de coca) a menos que se considere que los motivos para la inclusión de la hoja de coca en la Lista 1 de la Convención de 1961 ya no son válidos y la Comisión decida retirar la hoja de la Lista 1 de la Convención".

Lamentablemente nuestras Cancillerías no supieron aprovechar las oportunidades reiteradas de hacer oir publicamente los argumentos de la recordada historia médica de la coca y de la denunciada versión psiquiátrica, habiendo concluído que se esperaban nuevas investigaciones "por ser materia de probanza científica las propiedades terapéuticas y nutricionales de la hoja peruana" , tal como adoptó oficialmente la Cancillería peruana desde 1991.

Como un aporte al esclarecimiento del carácter de la coca, ENACO S.A auspició con el Ministerio de Salud una reunión de expertos de la cual salió un memorandum (Cabieses, Cáceres, 1993) En él se señaló la información médica peruana y otras, ignoradas por la Comisión de las Naciones Unidas en su Informe de 1950, y por lo tanto aún hoy por la Comisión de Expertos en Farmacodependencia de la O.M.S. Se agregó , igualmente, la más significativa información producida desde entonces, recordando el apoyo brindado a la coca por personalidades mundiales como el doctor Andrew Weil. Dicho Informe, que ha sido publicado por ENACO S.A. bajo el tìtulo Revisión del fallo del Comité de expertos de la OMS (1952-1953), no ha tenido ningún tipo de consecuencias oficiales.

Otros elementos de juicio se han sumado desde entonces. En los primeros meses de 1995, fue dado a conocer, por el Programme on Substance Abuse de la Organización Mundial de la Salud , el Briefing Kit WHO-UNICRI ,Cocaine project, preciado como el más amplio informe sobre cocaína. Desde el primer momento se resaltaron las principales conclusiones, una de las cuales era que "El uso de la hoja de coca parece no tener efectos nocivos y cumple funciones terapéuticas, sagradas y sociales en la población indígena". La misma cocaína era librada del duro juicio representado por la condena psiquiátrica que le juzga "toxica", condena que no fue siquiera recordada por los expertos convocados , por lo que tampoco fue confrontada en el Informe.

En la Asamblea Mundial de la Salud siguiente(Ginebra,1995), el delegado de los Estados Unidos, señor Boyer, puso de manifiesto su sorpresa por un informe favorable a la coca pues podía ser utilizado para auspiciar su cultivo . Amenazó con el retiro de los fondos para el programa de la OMS si se continuaba en tal línea, lo que ha impedido hasta el momento la publicación del mismo.

Los Informes de la JIFE correspondientes a 1995 y 1996 han cambiado, pues se ha eludido mencionar la discrepancia entre la revalorización de la coca y la política sustitucionista de Bolivia y Perú, gobiernos que cuentan con todas las certificaciones del caso. La creación en el Perú de CONTRADROGAS, en 1995, confirmada por la dación del respectivo reglamento, ha oficializado la tendencia sustitucionistaa, olvidando la revalorización planteada.

Las sucesivas campañas diplomáticas de Bolivia y Perú, en 1992 y 1994, parece que no dejaron huella y por ello las políticas respectivas siguen orientadas por el menosprecio de la coca como riqueza natural.

 

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