HISTORIA, PREJUICIOS Y VERSION PSIQUIATRICA
DEL COQUEO ANDINO*

"Nin vale el azor menos
porque en vil nido siga
nin los enxemplos buenos
porque judío los diga"

Rabí Sem Tob de Carrión
Sefarad (Castilla), s. XIV

Coca y Prejuicios

Tal como demuestra la Arqueología (Patterson, 1971; Cohen, 1978), las hojas de coca, Erythroxylum coca L. y Erythroxylum novogranatense, con sus respectivas variantes (ref. Plowman, 1984), han sido utilizadas durante milenios como recurso nutricional, médico y elemento ceremonial psicoactivo por los pueblos indios del área andina Según primeros testimonios escritos del siglo XVI (A.Vespucio, 1504; H. Colón, 1539) el uso tradicional del coqueo se extendía hasta Centro América y la costa de Venezuela, no faltando incluso una referencia a Cuba, aunque de segundos testigos (De las Casas, 1550). En el Perú, como registró ya Cieza de León (1553), "primer viajero y etnógrafo en tierra peruana" según ha sido calificado (Porras, 1955): "en todo él se usó y usa traer esta coca en la boca... pues dicen los indios que sienten poca hambre y que se hallan con gran vigor y fuerza".

Aprobadas las virtudes de la coca por la medicina naturalista y experimental del siglo XIX, que se apoyó en el trabajo pionero de Unanue (1794), según registra Mortimer (1901), su uso habitual fue categorizado sin embargo como "intoxicación crónica" por uno de los padres fundadores de la Psiquiatría, Emil Kraepelin, en su manual de la nueva disciplina (1899 y ss.ee, según Szasz,1975), sin mediar revisión bibliográfica alguna, ni apoyo experimental o clínico, fuera de reacciones idiosincráticas y casos de abuso de cocaína (Erlenmeyer,1885). Tal punto de vista, con la implícita sospecha del daño, fue adoptado como premisa de los trabajos psiquiátricos peruanos sobre el tema (Valdizán, 1913; Gutiérrez Noriega, 1944-1950) los que sirvieron de sustento a la Comisión de las Naciones Unidas (1950) para tildar de nociva a la coca, y a la Organización Mundial de la Salud (1952, 1953) para fallar que el coqueo andino ("la masticación de la hoja de coca"), "debe ser" considerada como una forma de "cocainismo", dando así fin a la resistencia, frente a dicha categorización patologizante, ensayada oficialmente por Bolivia y Perú.

Apoyado en prejuicios racistas y serias deficiencias metodológicas, de los cuales se hace historia en el presente informe, el discurso psiquiátrico sobre las "toxicomanías", dentro de las que se cuenta al "cocainismo", constituye un "marco de referencia" (Allport, 1939) que debe ser abandonado, lo que permitirá recobrar la validez de la anterior información, proveniente de la investigación médica (de Unanue, 1794 a Mortimer, 1901). Tal "revolución científica" (Kuhn, 1962) auspiciaría la recuperación andina de nuestro importante recurso natural, prestando apoyo a la legalización del comercio de coca y productos derivados aprobados, propuesta ya como respuesta a los males resultantes de la prohibición (ref. Nadelmann, 1988,1989), aunque sin el debido respaldo científico.

* Publicado en Perú Indigena 28, Instituto Indigenista Peruano, Lima 1990

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