La Coca en el siglo XXI

El 20 de junio de 1888, en las páginas de El Comercio, se publicó una carta abierta firmada con el seudónimo Hipólito, correspondiente a don Luis Enrique Márquez , "destinada a llamar la atención sobre el posible desarrollo del cultivo de coca, si el uso de mascar esta hoja se propagara", según decía la presentación editorial que mencionaba al autor como "uno de nuestros más ilustrados colaboradores".

Nuestro gran producto tradicional , aprovechado ya por entonces en los Estados Unidos (Parke, Davis and Co.; Coca Cola) y en Europa(E. Merck), luego de un vertiginoso crecimiento de las exportaciones hasta 1906, cayó finalmente en el descrédito, debido a la gratuita estigmatización psiquiátrica de la cocaína y del coqueo andino(Psiquiatría de E.Kraepelin,1899), merced al desconocimiento de su anterior estimación médica. La versión denigratoria según la cual su uso habitual constituía una "toxicomanía" fue recogida por Hermilio Valdizán (1913) , gracias igualmente al desconocimiento de los informes de los doctores Unanue (1794,1821) , Moreno y Maíz (1868), Ulloa, Colunga y Ríos(1889). Tan es así que , debido al peso otorgado a tal leyenda negra psiquiátrica, en el negativo Informe de la Comisión de Estudio de las Hojas de Coca de las Naciones Unidas(1950), base del actual "ordenamiento" mundial, se omitió a nuestros ilustres médicos.

Apabullada la profesión médica por la continua prédica psiquiátrica , el tema escapó de las manos de la medicina, pese a la postrera defensa del doctor Carlos Monge M., recordado investigador, ante la Comisión de Narcóticos de las Naciones Unidas(1950-1952). Fue por ello que "la gran toxicomanía peruana" (Sáenz,1936) se transformó en el caballo de batalla de una cruzada que hoy, en este significativo año final del siglo, amenaza con dejarnos virtualmente sin nuestra mayor riqueza, en lugar de haberla aprovechado para promover su beneficiosa industrialización en las mismas zonas productora, más allá de las bolsitas filtrantes ya tradicionales . Para pensar variedad de productos y en magnitudes comparables, valgan los ejemplos de Corea con el gingsen y del Brasil con el guaraná. 1978- 2000.

Algo se logró en los últimos veinte años, a partir de la protesta antropológica que tomó cuerpo con la publicación de la prestigiosa revista América Indígena 4 (1978) dedicada a la coca andina. Lamentablemente , sin embargo, quedó en nada- hasta ahora- la Declaración de Ilo (julio,1994) , suscrita por nuestro Presidente y por el Presidente de Bolivia, asumiendo la recuperada imagen de la coca como base de una política común. Recordemos que los mandatarios convinieron en la propuesta de "elaborar y ejecutar una estrategia conjunta de revalorización de la hoja de coca, cuyo principal objetivo será el retiro de este recurso natural de la lista 1 de la Convención Única de 1961", aceptándose tácitamente, con tal declaración, la recuperación de su imagen, antes controvertida. En la práctica , siguiendo con la sinrazón, han seguido nuestros gobiernos jactándose de sus prácticas reduccionistas, por cuya realización merecen el apoyo de los Estados Unidos.

Hoy salvo involuntaria omisión, creo posible afirmar que a nadie se le ha escuchado durante la campaña electoral referirse al tema de nuestra producción cocalera, aunque han menudeado las adhesiones a la lucha contra el "narcotráfico" de acuerdo a los cánones políticos establecidos..

Los dos candidatos principales, sin embargo, coinciden en la necesidad de activar el campo, facilitando el retorno de la población campesina migrante. Por otro lado coinciden también en la necesidad de contar con una vasta y variada agroindustria . La industria cocalera , por sus excepcionales características, podría justamente ser la "locomotora" del desarrollo autosostenido que se reclama y , al mismo tiempo, afirmación de nuestra tradición andina. Pero primero hay que soñarla.

Repitiendo las palabras del colaborador de El Comercio de aquel entonces: "Hoy que todos buscan ansiosos los medios de volver al Perú su perdida riqueza, deben el Gobierno y el Congreso fijar su atención en este negocio". De ello depende la suerte de la coca en el siglo venidero. Sugeriría que fuese uno de los temas a tratarse en el debate de los candidatos que cerrará la segunda vuelta.

 

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