La coca y la 2da. Cumbre de las Américas

En una entrevista radial difundida el martes 14 de abril por Cadena Solar, entre cuyas estaciones se cuenta a RPP del Perú, el Secretario General de la OEA, César Gaviria, reconoció que se había dado un debate en el medio académico sobre la posible legalización de ciertas drogas , pero que nunca se había tocado el punto en el medio político.

De ahí que nadie presagia pudiera darse un cambio de la política en la próxima Cumbre de las Américas. Pero plantearlo es el reto de quienes somos objetores de conciencia frente a "la guerra a las drogas"

Crear un mercado libre y común, mientras permanece fuera de la ley nuestro más preciado cultivo, es una paradoja que sólo se explica por prejuicios. Tal ha sido el resultado del Consejo Presidencial Andino realizado en Guayaquil. Resulta similar la paradoja de una "democracia" americana donde cada 48 segundos es detenido alguien por tener consigo marihuana, pese a ser uno de sus principales cultivo y contar con respetable respaldo deportivo y médico.

Si los presidentes reunidos en el curso de abril en la Cumbre de las Américas de Santiago de Chile, por el contrario, ejerciesen la plena potestad y responsabilidad que por ello tienen de reconsiderar lo hecho, en lugar de intercambiar opiniones sobre cual debe ser la estrategia de control del narcotráfico; si entendiesen , de una vez por todas , que la "guerra a las drogas" es muestra de una intolerancia cultural que les obliga a conspirar permanentemente contra los intereses campesinos de los paises productores y contra los derechos humanos de los consumidores; si distinguiesen la doctrina psiquiátrica de la opinión médica( como el caso ejemplarmente ilustrativo de la coca demuestra); si confiasen al hacerlo en las usos tradicionales de las plantas reguladoras del sistema nervioso que como la amapola del opio, el cáñamo de la India y la coca andina cuentan con el respaldo de sendas tradiciones religiosas; si estuviesen dispuestos a reducir drásticamente el uso y abuso de psicofármacos sintéticos que parece caracterizar este movido fin de siglo, entonces se abriría un espacio de verdad y libertad en las Américas que pronto pacificaría al continente al evitar las guerras internas y la corrupción que fomenta el llamado "narcotráfico".

Próxima ya la asamblea general de delegados de las Naciones Unidas que lidiarán con el tema de las drogas (a realizarse en junio), sólo los presidentes, en el trato directo, podrían acordar una política solidaria que, estamos desde ya seguros, tendría amplio eco mundial .

Es verdad que la guerra mundial fue decretada por la política internacional instigada por el gobierno de los Estados Unidos desde la Conferencia de Shangai(1909) y la subsiguiente Convención de la Haya (1912). Sus políticos la tienen , por lo tanto, como política heredada y muchos se defienden en el oficio convirtiéndose en expertos ,los cuales "sin dudas ni murmuraciones" , acatan y defienden lo que parecería ser la opinión pública respecto al "problema de las drogas" , opinión pública creada y fomentada por los medios de comunicación que la mantienen mediante la distorsión de los hechos y la selección de las noticias. Para no hablar de la simple propaganda barata que se difunde por CNN, como aquel testimonio de "la marihuana mata" porque el conductor de un tren envuelto en un accidente en el cual había muerto la familia del declarante había fumado marihuana. Con ese tipo de pensamiento "científico" se contamina a la marihuana de una "letalidad" que justamente la memoria histórica niega: no existe un sólo caso de muerte que le pueda ser atribuída y, por el contrario, prosperan en estos días las recomendaciones médicas que le respaldan, tal como ampliamente nos podemos informar gracias a la libre circulación de información en Internet.

Si la industria farmacéutica regional, en join venture con empresas similares extranjeras, pudiesen explotar el potencial de la coca y de sus componentes, saldrían productos excelentes para la salud y con ella del ánimo, como el nutriente nervioso que, en términos de don Unanue, le califica como "architónico". La coca vendría a ser así el último gran recurso andino que la humanidad compartiría, cerrando el encuentro cultural. Personalmente al menos, no pierdo la esperanza de que el cambio de la política y la liberación de las plantas prohibidas se realice primero en las Américas, lo cual será la mejor manera de festejar la llegada del milenio, con un acuerdo fundado en los datos de la ciencia.

 

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