La cordura en las Naciones Unidas

Como hemos comentado anteriormente, si bien la hoja de coca no h sido reinvindicada por el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización de las Drogas en el Informe Mundial sobre las Drogas del presente año, al menos se libró esta vez de abierta ofensa pública. No se le mencionó como ¨tóxica", ni se recuerda tampoco el fallo vigente del Comité de Expertos en Farmacodendencia de la Organización Mundial de la Salud que en 1992 reafirmó su categorización como "toxicomanígena".

Aparentemente el uso tradicional de la hoja coca habría pasado a ser respetado y la prédica sobre su caracter "toxicomanígeno" silenciada, según podríamos inferir del Informe. Tanto es así que en la colaboración enviada desde el Perú, se omitió considerar el daño que oficialmente causaría nuestra "toxicomanía más extendida" según las estadísticas de salud "mental". La reciente "epidemiología" de Cedro, publicada por el colaborador peruano, tal cual es al menos transcrita , sólo registra marihuana, pasta de coca, cocaína e inhalantes. El uso tradicional, de por sí, habría dejado de ser señalado como "problema" . Quienes veneramos la hoja de coca , desde Salta hasta la sierra caribeña colombiana podríamos al menos estar tranquilos si confiáramos en la coherencia de las Naciones Unidas

No se crea, sin embargo, que debido a la permeabilidad frente a la reconsideración del hàbito milenario en el contexto indígena, la misma hoja de coca haya quedado liberada del estigma y se recomiende abrirle mercado mundial, lo cual sería la lógica consecuencia. Considerado el aprovechamiento de la hoja de coca dentro de los usos tradicionales en sus respectivas zonas geográficas (con igual respeto se informa sobre el peyote,la canabis , el opio, el khat y el betel), se desvirtúa la pobre información recogida al concluirse :

"el uso funcional de drogas en los paises productores se ha movido gradualmente de los usos terapéuticos, rituales y religiosos al consumo como fin en sí mismo, de tal manera que los patrones de abuso en los paises en desarrollo han comenzado a confundirse con los de los paises desarrollados." Así sería como "la cocaína inyectada se expande en Sud América"(sic).

Francamente no creemos que ni el mismo CEDRO podría ratificar la existencia de tal moda de "inyecciones de cocaína en nuestra América". En todo caso el preocupado informante de los usos tradicionales pudo recurrir al ejemplo de la PBC (la pasta básica de cocaína) o basuko. Sin atención a la realidad "realmente existente" lo único que pretendiò fue justificar su conclusión: "Lamentablemente la distinción entre uso tradicional y moderno abuso casi ha desparecido". Considerar al uso de la coca solamente en el contexto indígena, de otro lado, parece antes bien un saludo a la bandera, dado el renovado prestigio de los pueblos indios y la recuperación antropológica de la coca por obra del Instituto Indigenista Interamericano. Pero se omite señalar que somos decenas de millones los sudamericanos, no necesariamente indígenas, que desde el norte de Argentina a la costa caribeña de Colombia aprovechamos sus reconocidas virtudes en forma diversa. Para soslayar querellas se omite información sobre la saludable y popular infusión de coca que aprovechan los turistas y con la cual fue ayudado el mismo Papa, desde su paso por Cusco, cada vez que en el sur andino se vió enfrentado a la altura. Testimonios de sus efectos saludables no faltarían si de algo valieran al "ogro terapéutico" que maneja el tema.

Algún amigo me comentó sonriente que "la coherencia es locura", según habría escrito Chesterton. Las Naciones Unidas, gracias a su diversidad de instancias, tiene asegurada la cordura. Mientras que los expertos convocados por la misma OMS exoneraron a la hoja de coca de todo efecto nocivo anteriormente asociado y antes bien plantearon su posible uso medicinal

( Cocaine Project, WHO-UNICRI, Geneve,1995), sin confrontar la categorización mantenida por el Comité de Expertos en Farmacodependencias de la misma OMS (28o Informe,Serie de Informes Técnicos 836,Ginebra,1992)

ahora le toca el turno a UNIDCP, desconociendo lo anterior, empobrecer y distorsionar la información sobre la coca hasta inventarnos la moda de las "inyecciones".

Entiendo la necesidad de reducir el personal de las Naciones Unidas, reducción que se contempla hoy día. Bien haría el Secretario General en considerar el gasto que representan las incoherentes instancias controlistas que aseguran "la cordura" de la Organizaciòn a su cargo. Si la Asamblea General de Delegados de las Naciones Unidas que sobre el tema de las drogas se realizará el proximo año no sume la revisión en serio de la información científica sobre el tema, independientemente de las burocracias internacionales comprometidas en la guerra , habrá perdido una oportunidad de contribuir a la paz justa que todos anhelamos en la tierra.

 

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