Tabaco y salud

No me parece bien que se reclute escolares y se les mande desfilar por las calles, fuera tal vez de las fiestas patrias, cuando se les hace marchar como soldados sin serlo . En ese caso al menos tiene la manifestación un caracter unificador del sentir nacional, del cual tenemos necesidad ciertamente, pero que creo podría lograrse igualmente en otras formas. En cambio, movilizarlos obligatoriamente por otros motivos o causas, me parece una denunciable forma de intrumentalizarlos para mantener en funcionamiento una maquinaria, ya sea eclesiástica, partidista o preventiva "sanitaria", como es llevarlos a participar en marchas dominicales contra "las drogas" y este año, por el día internacional del no fumador , ser llevados para desfilar ante los altos inquisidores en nuestro medio, aunados por sus compartidas negaciones. Si se quiere frasearlo de otros modo, las celebraciones de las fiestas patrias son unitaristas, mientras las demás son divisionistas.

 Ahora bien. El año pasado publiqué en esta misma columna de opinión un artículo con el título "Cruzadas y promesas" en el cual adelantaba que no pretendía ni pretendo imponerle mis humos a nadie, pero que rechazaba y rechazo los de moralisantes que luchan contra la "farmacodependencia", a la cual asocian tantos males. Es verdad que respetos guardan respetos. Y viceversa. Respetos que, sin embargo, nunca he podido guardar cuando he leído información "científica" , como aquella de que la hoja de coca en su uso milenario era un costumbre "nociva", repetida hasta ayer impunemente desde una tribuna presuntamente médica y hoy silenciada en este tema por la fuerza de los hechos. La "amnesia cultural", que denunció Memmi en su Retrato del Colonizado, ha sido fundamentalmente superada en el caso de la coca. Luego de recobrarse la información médica que precedió a la estigmatización psiquiátrica, la revalorización de la hoja andina (Declaración de Ilo,1994) fue su lógica consecuencia.
En el caso del tabaco, aunque la cruzada ha sido inciada esta vez por cardiólogos y cancerólogos alarmistas, al poner de relieve sus riesgos, pronto el discurso psiquiátrico de las "adicciones" le fue aplicado en su apoyo. Así fue como el tabaco se sumó a las "drogas susceptibles de engendrar toxicomanía", siendo considerado su uso habitual una de ellas , similar a la que aquejaría a los usuarios de marihuana y hoja de coca.
Al poco tiempo de salir publicado el referido artículo, un diligente amigo médico, convencido totalmente por la información a su alcance, me hizo llegar la fotocopia de la parte correspondiente al Perú en "Tobacco or Health"(sic), informe publicado por la Organización Panamericana de Salud, así como del prefacio firmado por su Director, abogando éste por unir esfuerzos de tal modo que "las futuras generaciones sean "tobacco-free".
Mi amigo pareció divertidamente sorprendido, meses más tarde, cuando le dije que no me había convencido la información proporcionada, dada la calidad propagandística de la que me adjuntara.
En realidad no me gusta rajar por rajar, ni es un hábito en mí llevar la contra por llevarla, por lo que debo precisar a qué me refiero, para no ser tomado por un libertario irresponsable.
Convengamos, inicialmente, que todos tenemos la certeza de estar en tránsito y de que habremos de morir algún día. Ninguna precausión nos pone totalmente a salvo de nada, desde resbalarnos en casa , en la saludable ducha mañanera , hasta hacer paracaidismo acrobático y olvidar un mal día el indicador del altímetro. El más alto riesgo se corre al vivir. Todos los demás son menores y más vale el confiar en el futuro que tejernos, o que nos tejan conjeturas nocivas terroristas. Convengamos, igualmente, que nos gustaría optimizar la vida mientras vivamos y curar o al menos aliviar la enfermedad, librándonos del dolor en cualquier caso, pues la naturaleza ha puesto a nuestros alcance la forma de acabar con él, como tradicionalmente lo logra mediante el opio y sus derivados aun irremplazables hoy día..
Convenido lo anterior, de acuerdo a una estricta prioridad que no puede ser impunemente alterada, preocupémonos en todo caso de la alimentación en el más amplio sentido de la palabra, bastante descuidada en nuestro medio. Ese sí es un tema que merece relevancia, tal como ha sido destacado reiteradas veces por las investigaciones llevadas adelante en nuestro medio por Ernesto Pollitt y colaboradores, destacando la cruda realidad de la pobreza. Pero dedicarse a montar una gigantesca campaña sanitaria planteando "Tabaco o salud" , como si fueran excluyentes, va más allá de todas las estadísticas manipuladas. Que al incidir específicamente en "Fumar y Salud", se apoye el serio informe en una cita tomada de un diario de Lima, dando "por probado que el tabaco es muy dañino al corazón", cuando personalmente creo por el contrario que es más bien un refugio frente a muchos de su males, no recuperó ante mis ojos la respetabilidad perdida. La estrecha colaboración que encontré entre cancerologistas y los inquisidores de ¨las drogas" psiquiátricamente orientados, en el informe de la OPS, por último, fue en cualquier caso un oportuno aviso para iniciar el esfuerzo de quebrar la aparente unanimidad en la condena de la planta medicinal americana , la que mal empleada (aceptemos que una de las formas puede ser en efecto el cigarrillo), puede implicar el mayor riesgo de consecuencias negativas cuya importancia relativa podremos estimar comparando estadísticas de otros factores de riesgo.

Evidentemente instancia interesada(como lo soy yo mismo, quien entre otros riesgos asumo el de fumar regularmente tabaco negro), la Philip Morris Europe S.A publicó en El Pais de Madrid, en julio del año pasado,una interesante página publicitaria respondiendo a la preguntas ¿qué riesgos corre usted?, registrando que el humo en el ambiente como factor de cáncer en el pulmón (1,19) era inferior al de beber agua con cloro para el cáncer rectal(1,38), brindando en cada caso la referencia bibliográfica precisa. Citando al Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU advertía: "En las investigaciones epidemiológica, riesgos relativos inferiores a 2 se consideran pequeños y son de dificil interpretación. Dichos incrementos pueden responder a la casualidad,a un sesgo estadístico o los efectos de factores de confusión,que a veces no son evidentes"
Creo igual que la Philip Morris, en efecto, que la campaña "sanitaria" está montada sobre la simplificación de la información, abultando en su importancia la que esgrime como apoyo, sin distinguir en el caso del tabaco, siquiera lo elemental, como sería precisar los riesgos relativos (si los hubiere y estuviesen confirmados), de distintas formas de aprovechamiento (pipa, pipa de agua, habano, cigarrillo, tabaco para mascar, rapè,etc...) de diversas calidades de tabaco.

Personalmente estoy interesado en mejorar la salud popular. Por eso, sabiendo que el ejemplo hace escuela, hago uso regular y mantenido de hoja de coca a la peruana. También fumo. Sin darle otra importancia que la relativa que tiene, postergo la mejora de mi hábito para cuando pueda contar con los aromáticos habanos de la isla y otros liados de hojas y disfrute en casa un auténtica pipa de agua del norte de Africa. Si el impuesto al cigarrillo que se dedica , exagerando la relación causal, al Instituto del Cancer, se dedicara a realizar las necesarias investigaciones en un Instituto del Tabaco, puesto que es un recurso natural legítimo cuyas calidades nativas debemos aprovechar debidamente, estaría más optimista frente al futuro de la salud pública que lo que puedo estar al apreciar el auspiciado vigor de la propagada anti-tabaquista que contamina el espacio virtual con su insinuación del terror cancerígeno que atemoriza a la la opinión pública.

 

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