La técnica de cultivo sin suelo o Hidroponía es el método más intensivo de producción hortícola y viene siendo aplicado exitosamente con fines comerciales en países desarrollados. El crecimiento y futuro de la hidroponía en Latinoamérica dependerá mucho del desarrollo y adaptación de sistemas menos sofisticados de producción que sean competitivos en costos con respecto a la tecnología sofisticada generada y utilizada en países desarrollados, empleando sustratos naturales y locales, desarrollando cultivos nativos o endémicos de la región con potencial económico por su alto valor alimenticio o medicinal.
La hidroponía es una técnica que permite cultivar y producir plantas sin emplear tierra o suelo. Esta técnica favorece el desarrollo del radicular de los cultivos ya que se obtiene una óptima relación aire-agua en el sustrato; la nutrición mineral es más eficiente y se puede controlar el nivel de nutrientes que se desea aportar a las plantas, dentro de un rango óptimo para inducir y acelerar el crecimiento. Con la producción sin suelo se obtienen hortalizas de excelente calidad y se asegura un uso más eficiente del agua y fertilizantes. Los rendimientos por unidad de área cultivada son altos, por la mayor densidad y la elevada producción por planta, lográndose mayores cosechas por año.
Por otro lado, una considerable disminución de las áreas de tierras agrícolas en países en vías de desarrollo, hace de la hidroponía una interesante alternativa de producción en zonas urbanas. Dentro del contexto de la llamada agricultura urbana, la hidroponía se puede aplicar en las ciudades con tecnologías más sencillas y de bajo costo, principalmente en zonas de extrema pobreza, como una manera de incentivar el autoconsumo de hortalizas y de apoyar el ingreso familiar a través del autoempleo o comunal, por medio de microempresas hidropónicas.