RECICOOL: el innovador proyecto de una molinera que transforma el reciclaje en adaptación climática

Desde Alemania, donde cursa un doctorado en Salud Ambiental Humana, la ingeniera ambiental y egresada de la UNALM, Úrsula Navarro M.Sc., sigue impactando con su visión transformadora. Su iniciativa RECICOOL la llevó a ser reconocida como líder climática por C40 Cities. Este programa busca fortalecer las capacidades de recicladores formales e informales, capacitándolos en ciencia y tecnología para construir equipos de refrigeración que puedan ser vendidos a municipalidades como puntos de alivio ante olas de calor, conectando así reciclaje, inclusión laboral y adaptación al cambio climático.
El origen de RECICOOL tiene raíces personales. Úrsula recuerda cómo su bisabuelo era reciclador y cómo, desde pequeña, entendió el valor de esa labor invisible. “No me parecía justo el poco dinero que recibía por una contribución tan grande”, reflexiona. Hoy, su propuesta busca dignificar el trabajo de los recicladores, integrarlos a la economía formal y reducir los impactos de los residuos plásticos sobre la salud y el ambiente. A través de la reutilización de materiales, se evita la fragmentación en microplásticos y se construyen soluciones concretas ante el calentamiento urbano.
La trayectoria de Úrsula ha sido marcada por una mirada integral de la sostenibilidad. Desde su paso por el Círculo de Investigación en Residuos Sólidos que fundó en la UNALM, hasta su participación en programas internacionales como REPU y Erasmus Mundus, ha sabido combinar la investigación científica con el compromiso social. “Me ayudaron a confirmar mis ganas de seguir investigando y a desarrollar resiliencia frente al cambio constante”, comenta sobre sus experiencias en Francia, Alemania y otros países.

Actualmente, combina su labor como consultora ambiental con la investigación en toxicología ambiental. Su enfoque ha evolucionado desde la gestión de residuos y emisiones empresariales hacia la salud de poblaciones vulnerables expuestas a la contaminación, como los propios recicladores con los que hoy trabaja. Esta combinación de campos —poco usual en ingenieros ambientales— le ha permitido crear propuestas tan sólidas como creativas.
A quienes sueñan con una carrera científica internacional, Úrsula les recomienda ser proactivos, no dejarse frenar por el miedo y buscar siempre aportar desde donde estén. “Las ideas sobre cómo contribuir con tu comunidad son clave al postular a una beca”, afirma. Desde su rol como mentora, invita a los estudiantes molineros a construir redes, buscar referentes y confiar en que la ciencia puede —y debe— transformar realidades.

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Imagen Institucional
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