Gutiérrez Noriega y la autoridad psiquiátrica

Todo lo escrito no hubiera bastado para institucionalizar el prejuicio contra la coca de no haber sido por los trabajos que, basados en la autoridad psiquiátrica de Gutiérrez Noriega (1944 a, 1944 b, 1944 c), se llevaron adelante en el Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de San Marcos, con la colaboración de Zapata Ortiz (1944 a, 1944 b), apoyándose mutuamente las "observaciones" y publicando otros informes como asociados (1944, 1946).

Resumidos tales trabajos en un libro, Estudios sobre la coca y la cocaína en el Perú (Min. de Educación, 1947), motivaron la gestión del gobierno peruano ante las Naciones Unidas. Reafirmados los presuntos hallazgos con trabajos posteriores (Gutiérrez Noriega, 1947; Gutiérrez Noriega y Zapata Ortiz, 1948 a, 1948 b, 1950), constituyen el cuerpo de la doctrina psiquiátrica sobre la coca y el coqueo andino, tal como hoy es reconocido oficialmente, pese a las críticas formuladas 31.

Los trabajos primeros de Gutiérrez Noriega, fundamentando su denuncia psiquiátrica, son sintomáticos del estilo de pensamiento de su autor. En ellos, en los cuales se apoyará en el futuro como sustento verificado de sus subsiguientes "observaciones", aparecen los recursos básicos de los cuales se valiera para confirmar la sospecha del daño que causaba el coqueo, norma impartida por Kraepelin gratuitamente, tal como hemos visto.

En su trabajo inicial " Observaciones de enfermos mentales habituados a la coca "(Actualidad Medica Peruana ,1944a), Gutiérrez Noriega toma como base una revisión bibliográfica insuficiente y sumamente limitada a lo que pretende "observar ": "las alteraciones mentales" producidas por el "cocaísmo"(reserva el termino "cocainismo" para los habituados a la cocaína). Dejando cauta constancia que "por la dificultad de obtener los conmemorativos de paciente en la mayoría de los casos , no es posible establecer concretamente si fue el cocaísmo el origen" reclama, sin embargo "Que la sintomatología y evolución de la enfermedad permiten sospecharlo".

Nada mejor para confirmar la versión psiquiátrica , que atribuirle carácter causal al coqueo respecto a las "observaciones" negativas obtenidas en seis pacientes del Hospital Larco Herrera , mediante entrevistas y "test mentales" que no precisa. Pese a reconocer "que ninguno de los pacientes estudiados presento síntoma de abstinencia" y que , en un ensayo experimental, "la ingestión de 50 grs. de hoja de coca no produjo ninguna alteración en el cuadro clínico", insiste el autor en que es
" conveniente tener en cuenta que los síntomas que predominan en esta pequeña serie de enfermos mentales "coqueros" son las alucinaciones visuales y auditivas y las ideas delirantes de persecución, alteraciones que son muy frecuentes entre cocainómanos", argumento con el cual pretendió justificar la sospecha inducida por la categorización psiquiátrica.

En su segundo informe "Acción de la coca sobre la actividad mental de los sujetos habituados" (Revista de Medicina Experimental, 1944 b) , insiste en seleccionar como muestra a "un grupo de coqueros inveterados": "20 delincuentes de la Cárcel Central de Lima , y 5 no delincuentes" limitándose, "a exponer ordenadamente los síntomas observados". Luego de señalar Gutiérrez Noriega que "en la mayoría de los sujetos examinados el hábito a la coca se inicia por imitación o contagio", concluye diciendo: "los síntomas mas frecuentes que se manifiestan en los que se inician en el coqueo son los siguientes: anestesia de la boca, nerviosidad, euforia, insomnio, mareo, nausea, nunca notables porque el coquero novel empieza con pequeñas cantidades ".(sic)

Las "observaciones": "alteraciones de las percepciones", "alteraciones de pensamiento ,"frecuentes estado de autismo" ("una de las alteraciones mas características de la cocamanía"). "delusiones perceptivas" y "alteraciones de las tendencias instintivas", le llevan a afirmar que los "síntomas del cocaísmo o cocamanía tienen semejanza con los del cocainismo". En este estudio, una técnica adoptada fue el interrogatorio hasta obtener las confidencias de las fantasías de los sujetos y "el reconocimiento" de los "síntomas". De ahí sus sorprendentes resultados, según los cuales "los síntomas y efectos de la adicción a la coca, se parecen a los síntomas y efectos de la adicción a la cocaína". (sumario en ingles), pese a que "siempre pasan desapercibidos, no se objetivan como en el cocainómano y sólo pueden descubrirse por el interrogatorio" 32.

La línea de "investigaciones" sobre el coqueo, inaugurada así por Gutiérrez Noriega, había precisado ya la "metodología" que seguiría :
a) asumir como muestra del universo de usuarios a grupos desviantes (enfermos mentales del Larco
b) Herrera; delincuentes de la Cárcel Central), reemplazados luego por grupos marginados : indios quechua hablantes procedente del medio rural de la sierra (Gutiérrez Noriega 1948; Gutiérrez Noriega y Zapata Ortiz, 1948a, 1948b, y 1950).
c) valerse de entrevistas dirigidas para realizar "observaciones";
d) aplicar pruebas patológicas sin plantearse problema alguno respecto a su validez para los sujetos que debía evaluar , como sucedió con la prueba de Binet-Simon , preparado en Francia para alfabetos, mientras que los individuos de la muestra elegida eran quechua hablantes analfabetos (en: Gutiérrez Noriega,1948 )
d) por último, como norma permanente, reclamar la desconfianza frente a los interrogados "dada la propensión a la mentira de los toxicómanos delincuentes" (Gutiérrez Noriega,1944b) supuesta la "tendencia de la mayoría de los sujetos examinado a negar los efectos psicológicos que les produce el coqueo"(en: "Alteraciones Mentales producida por la coca", Revista de Neuro Psiquiatría, 1947), por lo que recomendaba que era preciso "proceder con gran tino y paciencia para obtener revelaciones fidedignas".

Premunido de una indeclinable convicción sobre el carácter "patogénico" y "patológico" del coqueo, actitud explicable por su consabida adhesión a las letras psiquiátricas referidas al tema, y carente de una adecuada revisión bibliográfica a la cual le habría llevado un "pensamiento abierto"(Rokeach, 1960), Gutiérrez Noriega categorizó previamente a los usuarios como "habituados"(en los sumarios de sus publicaciones aparecían como "addicted subjects" y "coca addicts") sembrando así ideas deformadas sobre la coca y el coqueo. A ellas se asociaban, en el mejor de los casos, "hechos" que adquirían su sentido por la prejuiciada conceptuación que Gutiérrez Noriega y Zapata Ortiz compartían. Se demostraba así lo que se pretendía demostrar y eso bastaba.

Como confesaron ingenuamente los mismos autores: " Si el Instituto de Farmacología y Medicina Experimental hace investigaciones sobre el tema no es con el objeto de demostrar que el cocaísmo provoca efectos tóxicos o saludables, sino para demostrar la magnitud y calidad de los primeros, Cuando el investigador de problemas patológicos se propone el estudio de una enfermedad sólo es con el propósito de conocer las alteraciones que produce la enfermedad, y de descubrir los medios para eliminarla. Jamás se plantea la posibilidad de que los factores patógenos sean provechosos a la salud" 33.
Tal como se ha señalado, "parecería absurdo buscar efectos provechosos de factores patógenos, pero es tramposo juzgar que un factor es patógeno antes de haber observado sus consecuencias negativas" (Cáceres, 1977). Para Gutiérrez Noriega, sin embargo, el coqueo fue desde el inicio una "enfermedad" sin síntomas conocidos y, a la vez, "factor patógeno" sin efectos negativos comprobados. No tuvo el cuidado de precisar que el "cocaísmo" o "cocamanía" era estrictamente una "enfermedad mental" porque así había sido listada por Kraepelin, y que la coca era asumida como factor patógeno por producir la "toxicomanía", o sea el deseo de consumirla.

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