Los desafíos de la  conversión de la biomasa vegetal en biocarburantes hoy en día superan lo  recalcitrante por su resistencia al rompimiento de los azúcares. La energía  química de la biomasa puede recuperarse quemándola directamente o  transformándola en combustible. El proceso revolucionario de conversión de la  biomasa en energía utiliza los métodos de termoquímicos, el calor como fuente  transformadora de la biomasa, la combustión logra la oxidación sin olvidar el  proceso de pirolisis. 
              Las bacterias endofíticas viven en el tejido vivo de la  planta sin dañarlo realmente. Algunas especies están estrechamente relacionadas  con las típicas cepas ambientales, algunos ejemplos: Burkholderia cepacia, Pseudomonas  y Ralstonia sp. 
              Muchas bacterias endofíticas entran a las plantas a  través del sistema radicular. Otras especies son obligatoriamente endofitas y  se reproducen a través de semillas mediante la colonización endofítica del  sistema vascular (floema y xilema), en un número considerable (10 3 – 10  8ufc/ml). 
                Las bacterias endofiticas pueden ayudar al mejoramiento  de la producción de biomasa. 
              Algunas de las ventajas de la producción de biomasa son: la  disminución de las emisiones de CO2, no emite  contaminantes sulfurados o nitrogenados; no hay  partículas sólidas; disminuye la dependencia  externa del abastecimiento de combustibles y los cultivos energéticos  sustituirán a cultivos excedentarios. 
              Algunas  plantas de la biomasa (sustancia orgánica renovable): eucalipto, sauce,  girasol, sicomoro, pinotaeda, miscanthus,  robinia pseudoacacia  y ricino.  
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