El Ph. D. Oba explicó la importancia  del mejoramiento de la fibra del forraje para mantener la función del rumen,  pues incrementa el consumo de materia seca y la producción láctea. Para ello,  el uso de la técnica de Digestibilidad In Vitro de la fibra detergente neutro (IVNDFD),  y sirve como parámetro de calidad de los forrajes al hallar las variaciones  significativas y los efectos consistentes sobre el rendimiento productivo del  animal. 
            
              Según el especialista Oba,  el empleo de la IVNDFD produce un aumento de  0.17 Kg/día de consumo de materia seca y el incremento de 0.25 Kg/día (4%) de  la producción láctea. Por otro lado, los factores que afectan la calidad del  forraje son: el cultivo de las plantas en el ambiente, la madurez de las  plantas, la variación de las mismas durante el día, los genes de las plantas,  y  su procesamiento en la dieta.
              También recomendó alimentar a la vaca  con un tamaño adecuado de partículas de Carbohidratos no fibrosos (NFC) en el  forraje para estimular la masticación del alimento. “Lo importante no es de qué se alimenta, sino cómo se alimenta”,  finalizó.
              Con un punto de vista industrial y  administrativo, el tercer panelista Ph. D. Joaquín Fuentes-Pila Estrada,  docente de la Escuela de Ingeniería  Técnica Agrícola de la UPM  en las materias de Economía Agraria y Gestión de la Empresa Agraria,  trató el tema “Gestión de la   Reproducción: ¿Optimización de Decisiones o Mejora Continua?”
              El profesor Fuentes-Pila comentó  sobre la importancia de las universidades en  los procesos de Extensión Agraria, no sólo a través de la investigación y la  docencia, sino encontrando fórmulas para promover de una manera sistemática la  diseminación de la innovación tecnológica en el sector agroalimentario.
              “Las  modernas explotaciones de vacuno de leche, altamente tecnificadas e intensivas  en capital, constituyen un entorno prácticamente industrial en el que muchas de  las innovaciones en el campo de la   Gestión de Operaciones pueden ser aplicadas para mejorar  substancialmente la competitividad de las explotaciones”, aseguró el  expositor español.
              La aplicación de la Gestión de Operaciones se  basa en el concepto de ‘mejora continua’, generando un compromiso global de la  organización, estableciendo como meta la constante satisfacción del cliente,  mejorando los procesos productivos y la calidad, y brindando datos claros y  objetivos de la labor realizada.
              Estos factores pueden aplicarse en la  producción de leche a través de un modelo o representación esquemática de las  distintas funciones, procesos y flujos de información que están implicados en  la gestión de esta actividad.
              En cuanto a la gestión de la  reproducción, el objetivo primario es establecer o restablecer la lactancia,  con el fin de maximizar la eficiencia en la conversión de alimentos. Para ello,  se recomienda emplear sistemas de información, que reúnan los datos básicos de  cada animal (raza, edad, fecha de parto, etc), y sistemas de detección de  celo; a fin de tomar decisiones seguras sobre el momento de inseminación y la  calidad o tendencia productiva del semen a aplicar, para luego hacer una prueba de gestación y un control  de la reproducción con el uso de ciertos programas.
              La última ponencia estuvo a cargo del  destacado investigador Ph. D. David K. Beede, docente del Departamento de Ciencia  Animal de la Universidad  de Michigan, quien explicó los avances existentes en alimentación de vaquillonas  en periodo  de transición.
              El periodo de transición de una vaquillonas  empieza  2 o 3 semanas antes del parto y continúa hasta las 2 o 3 semanas posparto. El  término ‘transición’ se utiliza para denominar cambios psicológicos,  metabólicos y nutricionales en el animal, por lo que resulta importante conocer  el contenido de las dietas.
              El Ph. D. David K. Beede recomienda como  elementos Macrominerales  esenciales para  la dieta, al Potasio, Sodio, Cloro, Sulfuro (sulfato), Calcio, Fósforo y Magnesio.  En cuanto a calcio recomendó una dieta alta en este mineral (0.5 a 1.0% de calcio) con  aniones, pues resulta beneficiosa para las vacas close-up (14 a  21 días antes del parto).
              Por otro lado, los elementos  microminerales esenciales para la dieta de vacunos son Cobalto, Cobre, Manganeso,  Zinc, Hierro, Yodo y Selenio. Éste último trabaja con la vitamina E y existe en  pocas cantidades dentro del forraje peruano. La carencia de selenio puede  causar la retención de la placenta, ovario cístico, y una gran metritis  (inflamación del útero) y mastitis (inflamación de las glándulas mamarias).