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              (2012,  JUNIO 4).- El curso “Apiterapia, producción comercial y uso terapéutico del veneno de  abejas en la salud”, desarrollado el 24 y 25 de mayo, fue organizado por la  Facultad de Zootecnia en coordinación con la Oficina de Proyección Social,  representada para este fin por el  Profesor Jorge Vargas Morán, que contó con el  apoyo de docentes de la Facultad de Agronomía. Este primer evento reunió a  apicultores, profesionales de la salud y estudiantes en ciencias médicas de  diferentes partes del país.                  | 
             
            
           
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             Los  doctores Brizuela y Mur dieron a conocer el beneficio del uso terapéutico del veneno  de las abejas y contaron sus experiencias en la aplicación de la apitoxina  (apiterapia) por varios años en el tratamiento de pacientes, dando evidencias  de casos concretos de personas que tuvieron que paliar penosas enfermedades  como: esclerosis múltiple, asma, hipertensión, varices, lupus, estrés, migraña,  depresión y hasta Alzheimer y Parkinson, entre otros. Durante el desarrollo del  curso, los doctores animaron a los asistentes a comprobar su efectividad en la  inoculación del veneno de abejas. 
            Extracción del veneno sin sacrificar a la abeja 
            El Dr.  Brizuela explicó cómo se realiza la extracción del veneno sin dañar a las  abejas e instruyó en las condiciones que se deben cumplir. “La extracción del veneno se hace mediante un aparato sensor que se  instala en el colmenar. Éste hace que las abejas reciban una mínima descarga  eléctrica y desprendan por ello el veneno en un vidrio instalado dentro de la  colmena. Así la abeja no pierde su aguijón y no muere”. Añadió que “es importante tener un colmenar de alta  población y buena sanidad, sin sustancias tóxicas o contaminantes, porque esto  afecta la pureza en la producción de polen y miel”. 
            “Para la preparación de la apitoxina se pone el veneno en una solución  fisiológica y se hace el filtrado en fiolas de 0.45 micrones y luego en otra de  0.22 micrones para obtener un mejor filtrado, así se obtiene la apitoxina, que  luego se inyecta al paciente. El resultado es menos doloroso que cuando se hace  directamente de la abeja. Además así no se le causa daño”, concluyó. 
            Respecto  al tratamiento, la Dra. Mur recomendó que se realice en la mañana, ya que el  organismo del paciente se encuentra en pleno inicio de sus actividades. Indicó  que esta aplicación se debe acompañar con la toma de vitamina C, de 3 a 4  gramos diarios. Además, se deben cambiar los hábitos alimenticios y sobretodo  tener paciencia para ver los resultados de la terapia con el veneno de abejas. 
            Resultados del tratamiento: después de dos meses 
  “La cura con apitoxina es acompañada con  otros productos biológicos. El tratamiento requiere  de paciencia, porque los resultados se ven  después de dos meses. En el primer mes se produce la adaptación; debe  entenderse que es paulatino y efectivo. Sin embargo, el tiempo de mejoría  depende de cada uno. Es necesario seguir una dieta sana, hacer deportes, y cambiar  el estado emocional para aceptar el cambio en nuestro cuerpo. 
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