|   Las bellas alfombras fueron obsequiadas por el personal del  Programa de Alimentos Balanceados de la Facultad de Zootecnia y por el Programa de  Cereales y Granos Andinos de la   Facultad de Agronomía, quienes como todos los años  demostraron su fervor religioso participando en su confección. 
            El anda  del Cristo Morado recibió el homenaje central en la Capilla   San Isidro  Labrador,  entre lluvias de flores de  los docentes, alumnos y trabajadores. El acto litúrgico estuvo a cargo de la Dra. Marta Williams,  docente y jefe de la Oficina  de Relaciones Públicas  que dio la  bienvenida a nombre de la   Universidad y pidió la bendición para las familias de esta  comunidad. También  tomó la palabra hermano  Oscar Vargas, miembro de la congregación del Sagrado de Corazón para hacer una  reflexión sobre la Parábola  del Sembrador. “Debemos ser una buena  semilla para poder dar buenos frutos y ser un ejemplo para las futuras  generaciones”. Finalmente el Señor se retiró, no sin antes hacer el  intercambio de flores con las oficinas y dependencias presentes. 
            Agradecimiento especial 
            Este año  el fervor religioso de la comunidad molinera se vio reflejado en la donación de  arreglos florales, bocaditos, refrescos y dinero en efectivo por parte de la Fundación por el Desarrollo  Agrario (FDA), La Molina,  el Centro de Idiomas, la   Biblioteca Agrícola Nacional (BAN), el Programa de Maestría  en Agricultura Sustentable, Centro de ventas, el Programa de Investigación y  Proyección Social en Cereales y Granos Nativos; las Oficinas de: Bienestar y  Asuntos Estudiantiles (OBUAE), la   Oficina de estudios y el Ingeniero Reynaldo Crespo. Cabe  resaltar la valiosa colaboración de las dos alfombras de flores por parte del  Programa de Alimentos Balanceados de la Facultad de Zootecnia y  el Programa de Investigación y Proyección  Social en Cereales y Granos Nativos que van tres años consecutivos se hacen  presente en este acto religioso.              |