Los alimentos que los estudiantes de Pesquería han procesado para este año son el sólido de bonito, marinado en un especial aceite de especias. Además su tradicional pescado seco salado tipo bacalao; ambas son comidas infaltables en las mesas de los hogares peruanos, más en estas fechas de celebración de la Semana Santa. 
            El decano de  Pesquería, Dr. David Roldán, informó que se ha estado trabajando en extruidos  de calamar, maíz, quinua y arroz, tipo hojuelas para los niños, como parte de  un proyecto que la facultad está realizando. Se planea que estas hojuelas  salgan a la venta el próximo año en el marco de una campaña llamada “Lonchera  saludable”. 
            Para la  elaboración de los productos se usaron como ingredientes principales dos especies  representativas de nuestro rico y variado mar. En el caso del sólido de Bonito,  se usó bonito fresco, conseguido en su totalidad de nuestros terminales  pesqueros, en el caso del seco salado tipo bacalao se utilizó toyo, el cual al  momento de ser salado, su carne coge una consistencia similar a la del bacalao  y queda perfecto también para preparar una tradicional Vizcaína. 
            Los  distintos pasos para la elaboración, como los procesos de cocción, enfriado,  cortado, hasta el embazado, entre otros, todos se realizaron en los laboratorios  del INDDA y de la Facultad. “Contamos con un laboratorio de conservas, allí tenemos  calderos, que es donde trabajamos con los estudiantes, en este caso la conserva  de bonito. Y el seco salado también se elaboró en nuestros ambientes”, señaló el  decano. 
            Apuntando al valor agregado 
            “Nuestra  intención es promover el valor agregado, una de las cosas que tanto se le  reclama a la industria en el país y no solo quedarnos en materias primas. Contamos  con el capital humano, que son nuestros estudiantes. Por eso abrimos estas  prácticas, para que ellos  practiquen y  tengan experiencia”, resaltó el Mg.Sc. David Roldan. 
            El decano de  Pesquería indicó que se está viendo la manera que estas prácticas no solo se  den en vacaciones o para fechas especiales, sino que sea una constante durante  todo el año, buscando sacar cada vez más productos novedosos que empujen la  producción de elementos elaborados en el país. Así mismo, incluir en esta tarea  a estudiantes de la carrera para que puedan ir realizando su prácticas  pre-profesionales y al mismo tiempo contribuir con el desarrollo de la carrera  y la universidad. 
            Lo recaudado para la innovación de la Facultad 
            Como ocurre  año a año, todo lo recaudado va hacia el mantenimiento y mejoramiento de los  laboratorios de la Facultad. “Se adquieren nuevos instrumentos, se remodelan  los ambientes, la ventilación, la iluminación, entre otros”, advierte. “Y ese  es un aporte de los estudiantes involucrados, porque hacen su esfuerzo para que  el laboratorio se mantenga y mejore cada vez”, enfatizó. 
          
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