El profesor Julio Chávez Achong inició  el panel, destacando sobre los factores que influencian en el distanciamiento  entre la universidad y el campo: “Uno de ellos fue la falta de algún tipo de  hacienda o cooperativa, al final de la reforma Agraria de los años 70. Los  pequeños agricultores estaban dispersos de un lado a otro, rompiendo el vínculo  con los estudiantes al no tener un lugar en conjunto que permita formar sus  perfiles agrarios”, señaló. 
            El conflicto armado interno de  los años 80 y parte de los 90 fue un factor que imposibilitó la salida al campo  de los docentes, según comentó el profesor Julio Chávez, recordando el  asesinato de un catedrático zootecnista en Puno en esa época. 
            También se refirió a la política  agraria de los años 90 de Alberto Fujimori, según Chávez con su aplicación se  perdió el interés en la extensión rural, ya que el Estado dejó de lado el rol  en la protección de los conocimientos y experimentación junto con los  agricultores. Con ese escenario el mercado escogía quién era el agricultor eficiente,  incluso desapareció el Banco Agrario y el financiamiento en el sector en  empresas privadas, lo que significó un abandono total. “Considero que las  universidades tienen la idea errónea que la verdad está en la ciencia, creen  que se arreglará la situación, cuanto más los agricultores conozcan de ciencia y  no considera un saber local que debe ser recogido y combinado para obtener  respuestas adecuadas para el país”, finalizó. 
            La Mg.Sc. Ivonne Salazar destacó  el aspecto positivo de la Reforma Agraria y muchos avances logrados se quedan  en manos de las ONG. Por otro lado, explicó que la universidad no está ajena  del todo al campo, pero sí considera la falta de articulación. “Hay muchos  profesores y programas de investigación que hacen actividades en el campo sobre  investigación y extensión, pero no se tienen los mecanismos para conocer todo  lo que hace la Universidad; si nosotros levantamos la información,  visibilizaríamos actividades individuales. Lo que es verdad es que en estas  actividades no necesariamente participan los estudiantes. Es importante reconocer  que la universidad tiene tres funciones esenciales: la academia, la  investigación y la extensión. La extensión es la que articula al resto; sin  embargo, por algún motivo, le damos más importancia a la parte académica, luego  a la investigación y la extensión lo dejamos como algo complementario, a pesar  que la UNALM tiene tres institutos regionales de desarrollo de la costa, sierra  y selva, los que podrían ser centro para hacer todas estas actividades”,  reiteró. 
            Soluciones para mitigar el distanciamiento 
            En este punto, la profesora Salazar  recomendó ligarse con el campo, teniendo como objetivo reducir problemas  rurales, pues considera que la mayor parte de proyectos concursables están  ligados a ciertas áreas y esos aspectos no solucionan problemas del agricultor  y ello genera distancias. 
            El Mg. Carlos Sandoval habló de  la necesidad que los estudiantes participen en proyectos sociales sostenibles  en el tiempo, donde el campesino pueda desarrollar su fuerza productiva y tecnológica  y de que La universidad pueda contribuir comprendiendo la problemática del  campesino y ayudando a resolverlas en un momento determinado. 
            Finalmente el profesor Mg.Sc.  Christian Barrantes manifestó la necesidad de un cambio que parta desde la  universidad y cuyo proceso esté ligado a los objetivos con lo que nació la  UNALM, interesándose por las necesidades de los campesinos y reconocer e  impulsar la imagen que queremos ofrecer al mundo sobre nuestra universidad. 
                   
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