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          (2018, Noviembre 14)-. El curso internacional  fue organizado por la Maestría en Gestión de Cuencas Hidrográficas de la EPG  UNALM. Durante la capacitación se conoció las nuevas tendencias,  la evolución de los planes de intervención,  las técnicas, componentes, procesos físicos, ecológicos e hidrológicos,  destinadas a la conservación y protección de recursos hídricos.             
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          El reconocido  Mg.Sc. Axel Dourojeanni explicó que hay tres tipos de problemas con las cuencas  hidrográficas vinculadas a lo social, ambiental y económico. El primero por  conflictos por la cantidad, calidad y el tiempo de agua entre usos y usuarios.  El segundo por la extrarealidad en negativa, que es cuando uso el agua, pero  hago daño a otros (procesos industriales, agricultura con pesticidas). Tercero,  cuando hay cambios de clima muy fuertes (sequías muy largas, inundaciones muy  violentas, terremotos y erupción volcánica). 
                          La importancia de  una cuenca hidrográfica, según el experto es por ser una unidad natural, no  delimitada por el hombre, sino por la naturaleza que capta y junta el agua,  llevando a un cauce de forma indivisible. Por tanto, cuando los humanos  intervenimos sea en la cuenca o en la superficie (cortando árboles), afectamos  el recurso hídrico, esta interrupción provoca efectos directamente en las  personas.   
                          La gestión del agua  requiere que exista un ordenamiento en las formas de intervención que se hace  en una cuenca y sobre el agua, a fin de respetar los derechos de todos los  usuarios y del ambiente y lograr la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos  (GIRH). 
                          Esta gestión  integrada de la cuenta se refiere a la gestión de las intervenciones que los  seres humanos realizan en una cuenca, sobre el agua captada por la misma, con  el fin de conciliar metas económicas, sociales y ambientales que permitan  mejorar la calidad de vida de todos los seres humanos que dependen del uso de  su territorio y sus recursos, así como minimizar los conflictos entre los  interventores con el ambiente y la población.   
                      Entre los retos, el  especialista destacó que cada cuenca es diferente a otra, además de gestionar  un mejor control de las intervenciones. «No hay un control de ocupación de  territorio, falta un ordenamiento, actualmente se construye casas en zonas de  riesgos o en tiras de cultivo», manifestó Dourojeanni.    |