El experto invitado manifestó los retos actuales y futuros que deben afrontar los profesionales de agro, los cuales se basan en: suministrar alimentos saludables para la humanidad entera (seguridad y soberanía alimentaria); proveer de materias primas para los otros sectores de la economía; generar empleo y bienestar en el medio rural; proporcionar servicios ambientales;  proteger el medio ambiente para un desarrollo sostenible; adaptar los sistemas de producción agrícola a una creciente variabilidad climática local y mitigar el calentamiento global. 
            «En el mundo ocurre la mayor amenaza para la sostenibilidad de nuestra  agricultura, la cual es la sobremortalidad de abejas e insectos polinizadores.  Necesitamos mantener esas esencialidades productivas de los ecosistemas para  las generaciones futuras, la cual se llama desarrollo sostenible a largo plazo»,  enfatizó Marc Dufumier. 
            Así como la desaparición de insectos polinizadores, durante su  exposición, Dufumier explicó que hay ciertos indicadores biológicos que nos  informan del desastre que afrontamos actualmente por el cambio climático,  resaltando que los agricultores del mundo no están preparados para estos  desequilibrios ecológicos. «Si queremos dar de comer a la humanidad entera,  debemos adáptanos», indicó. 
             Asimismo, destacó la producción  agroecológica familiar, de la cual sostuvo que es conveniente optimizar el  empleo de la mano de obra en el transcurso del año. Además, de un enfoque  agroecológico con un manejo simultáneo de los ciclos del carbono, agua,  nitrógeno y otros elementos. «Usemos microorganismos útiles y aportes  biológicos de nitrógeno en el suelo, así como el estiércol y compost, sin  olvidar el control de plagas y enfermedades», enfatizó Dufumier. 
            En cuanto a las investigaciones, Dufumier manifestó entre otras  casas, eliminar de los genomas, los genes que llevan características demasiado  locales de adaptación, esto a fin de tener una mayor producción en los  cultivos. 
             «Es preciso promover unidades de producción  familiares de tamaño promedio, con un nivel de ganancia suficiente para cubrir  las necesidades de las familias y para invertir en las unidades de producción agrícola.  Asimismo, asegurar los derechos de acceso y uso de las tierras, como de los  recursos naturales», argumentó.
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